Libro «La prueba en el proceso penal»

Presentación
No cabe duda que, más allá de cualquier inquietud dogmática, la prueba constituye la principal preocupación de aquellos que intervienen en un proceso penal. Esto es así, porque una actividad probatoria
insuficiente (o en su caso, inexistente) cancela la posibilidad de dictar una condena. Pero ello no solo está relacionado con la cantidad de información que se introduce en el proceso, sino -además- con el modo cómo esta ha sido conseguida, pues solo podrá hacerse valer una expectativa incriminatoria cuando se recurra a procedimientos mecanismos legítimos. y No obstante, la definición de esa legitimidad no es siempre una tarea sencilla, porque esto supone siempre una compleja operación en la que, además de la vinculación a la ley y a la Constitución, el juez deberá tener en cuenta otros criterios. A pesar de ello, conviene señalar que, al menos en principio, la legitimación de la actividad probatoria no depende de meras consideraciones de justicia. Por el contrario, dicha actividad debe realizarse en el marco de las reglas mínimas que el ordenamiento jurídico prevé para la demostración de una incriminación.
De esto se deriva, sin más problema, que las pruebas conseguidas con infracción de dichas reglas -y básicamente de los derechos fundamentales-, no solo no pueden ser consideradas como válidas, sino que podrán incluso generar consecuencias jurídico-penales para quien las consigue…..
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